(Esta entrada está dedicada a Almu Gutiérrez, una mujer maravillosa que ayer fue madre).
“Estaba
muy bien pasar el rato sentada en la galería pensando en los problemas ajenos,
pero el tiempo iba pasando y había muchas cosas que hacer: lavar y preparar las
judías verdes, cocer la calabaza (no se iba a cocer sola), echar las cebollas
en agua hirviendo para ablandarlas. Eso, pensaba ella, formaba parte del hecho
de ser mujer: no llegabas nunca al final. Aunque pudieras sentarte a tomar una
taza, o incluso dos tazas de té roiboos, sabías que después del té siempre
había alguien esperando alguna cosa. Niños o adultos esperando a que les diesen
de comer; un suelo sucio clamando por ser limpiado; una falda arrugada pidiendo
una plancha con urgencia. Y así siempre”. Zapatitos azules y
felicidad. Alexander McCall Smith. Primera Agencia de Mujeres Detectives de
Botsuana.
Me
llamo Ana, soy española y en agosto del año pasado llegué a Corea. Tengo
cuarenta y tres años, dos hijas y un marido. En España dejé un trabajo, la familia y
muchos amigos. Hace un año me compré una casa y me encargaron el capítulo de un
libro. Parecía que mi vida estaba encarrilada pero las cosas nunca son lo que
parecen y entonces decidí salir en busca de mi destino...
Y
aquí estoy, empujando y seguiré empujando “hasta
que se me agoten las ideas”, como dice Eastwood en el documental “Clint
Eastwood, francotirador”. Y parece que no se me agotan, ¡ja, ja!. Todo lo
contrario. Ahora es cuando debo poner en juego la “inteligencia para la vida” o
la “inteligencia triunfante” de la que habla José Antonio Marina, para dirigir
adecuadamente mis capacidades y acertar con las metas…
Antes
de partir y al principio de llegar aquí, no tuve mucho tiempo para pensar sobre
lo que iba a hacer en Corea, me sumergí en el “deber”. Tenía que “cerrar” una casa, poner en marcha otra
nueva y transformarla en un hogar; había mucho que “gestionar”, “gestionar” (las
máquinas nos hacen parte del trabajo físico más pesado pero quién nos resuelve
las gestiones con “c” de una familia: colegio, comidas, compras, casa…) toda esa
actividad vertiginosa no me dejaba tiempo pensar (y me desconectaba de mis propias
necesidades) y al final del día estaba agotada pero no me había quedado mirando al tendido, había hecho un gran
esfuerzo*. (*Un día me gustaría hablar de esta palabra. El esfuerzo. ¿Realmente
hay que esforzarse?, pero eso, -como diría el personaje de Moustache en la
divertida comedia de Irma
la Dulce-, “eso es otra historia”).
¡Qué
fabulosa trampa (las
trampas de Falopio que diría mi amiga Gema de
la Cruz!). Sí, ningún pensamiento oneroso podía robarle el sueño
reparador a una mujer que tanto se había empeñado en atender devotamente a los
suyos, porque cuando no trabajas (fuera de casa, quiero decir) siempre hay algo que hacer para que todo esté perfecto…
Entonces
la culpa (-eso sí que es un arma de destrucción masiva-), la angustia y la
ansiedad empiezan a campear por sus fueros…
Sucedía que, por primera vez en mucho tiempo, no tenía que arreglarme atropelladamente para ir fichar a ningún sitio y hasta las cuatro (hora de llegada del autobús del colegio) podía no hacer nada…Pero qué miedo dar ser libre, joder. Qué miedo da arriesgarse, exponerse y…fracasar…
Tenía una gran tarea por delante: abrir los ojos y mirar, mirar de verdad, lo que tenía a mi alrededor pero, sobre todo, mirarme a mí misma. UNA MUJER EN COREA que podía hacer lo que quisiera (antes también, pero había estado demasiado ocupada cumpliendo las normas).Tenía la suerte, el privilegio y el apoyo de mi marido, Pablo y de mi familia para hacer LO QUE ME DIERA LA REAL GANA.
Sucedía que, por primera vez en mucho tiempo, no tenía que arreglarme atropelladamente para ir fichar a ningún sitio y hasta las cuatro (hora de llegada del autobús del colegio) podía no hacer nada…Pero qué miedo dar ser libre, joder. Qué miedo da arriesgarse, exponerse y…fracasar…
Tenía una gran tarea por delante: abrir los ojos y mirar, mirar de verdad, lo que tenía a mi alrededor pero, sobre todo, mirarme a mí misma. UNA MUJER EN COREA que podía hacer lo que quisiera (antes también, pero había estado demasiado ocupada cumpliendo las normas).Tenía la suerte, el privilegio y el apoyo de mi marido, Pablo y de mi familia para hacer LO QUE ME DIERA LA REAL GANA.
Pero
como se suele decir, la cabra tira al monte…Y yo lo que quería era trabajar, ja,
ja. Eso sí, trabajar en lo que me gusta sin tantas limitaciones, de forma
colaborativa y, por una vez (y que sirva de precedente, por favor), con el
viento a favor. Quería (y quiero) innovar, crear, inventar, servir a los demás,
ayudar, impulsar, inspirar.
Aparte
de trabajos esporádicos como freelancer,
fundamentalmente he trabajado para la Administración Pública, en un Embajada, en
la Universidad y en dos Ayuntamientos y puedo afirmar una cosa: innovar e/y (intra)emprender
en la Administración Pública es una tarea quijotesca.
Es una pena porque yo sigo creyendo en lo público, pero también creo que es necesario repensar su funcionamiento porque hace falta mucha autodeterminación y gastar mucha energía para evitar fundirse con la apatía, la desazón y la inercia que de un modo tan efectivo produce la maquinaria de las administraciones públicas.
Es una pena porque yo sigo creyendo en lo público, pero también creo que es necesario repensar su funcionamiento porque hace falta mucha autodeterminación y gastar mucha energía para evitar fundirse con la apatía, la desazón y la inercia que de un modo tan efectivo produce la maquinaria de las administraciones públicas.
Estoy orgullosa de mi trabajo porque he logrado
sacar adelante muchas ideas y muchos proyectos, y creo que también he podido ayudar a mucha gente
pero ahora me doy cuenta de que pagué un precio muy alto esforzándome tanto en
vencer a la frustración y nadar contracorriente.
Ahora siento que me subido a una pequeña ola y sólo tengo que aprender a disfrutar y a cazar el viento. Mi nombre es Ana y estoy trabajando para hacer realidad UN LABORATORIO DE CAMBIO PARA MUJERES: WOMENLABKOREA.
Los “living labs” (Carlos Bezos Daleske), son entornos reales de experimentación y ensayo en los cuales usuarios/as y desarrolladores/as co-crean dentro de un ecosistema abierto y de confianza que puede generar innovación empresarial, tecnológica o social.
Mi propósito es contribuir
a transformar a las mujeres de usuarias a co-creadoras, a través de la
construcción de un entorno rico y estimulante que les permita
expandir sus posibilidades de acción (generación de proyectos, mejora de la
empleabilidad, (re) diseño/ reinvención de la carrera profesional,
descubrimiento y/o “creación” de nuevas oportunidades laborales, etc).
¿Te sumas al reto del CO?. ¿Qué quieres conocer?. ¿Qué te gustaría enseñar?. Estoy buscando mujeres con mucha curiosidad, con ganas de conocer: a otra gente; nuevas ideas y viejas ideas; conocer Corea, Seoul, etc. Mujeres con ganas de cambiar las cosas. Su currículo. Su blog. Su web. Su vida. Su comunidad. Su ciudad. Su país (un país).O el mundo...
Phone number: 010 4119 7790
E-mail: womenlabkorea@gmail.com
https://womenlabkorea.wordpress.com/
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